Me gustan los aviones, pero odio los aeropuertos. Demasiadas
maletas, demasiada gente, demasiado ruido. Pero sobre todo demasiadas
despedidas. Si contamos que existen despedidas en la misma proporción que
bienvenidas, la cosa cambia. Pero no os dejéis engañar, si vienen que sea para
quedarse.
De igual modo ocurre en nuestras vidas, tal y como decía Vetusta Morla : "Aeropuertos, unos vienen y
otros se van". No deja de ser un círculo vicioso que no se aburre, que
no se cansa, que no cesa. Yo, por el contrario, he preferido siempre aquello
que decía Leiva para nuestros odios: "A
los de antes, a los que llegan nuevos".
Es curioso, al cabo del año aterrizan en tu vida tantos
aviones como días tiene el año, y sin darnos cuenta de la misma forma despegan
cientos de ellos. Cada uno de ellos llega de un lugar diferente trayendo
consigo miles de personas. Algunos despegan más tarde, otros apenas permanecen
en tu aeropuerto, y otros, afortunadamente, no despegan nunca. Terminan
aparcados en un lugar importante de tu vida y permanecen allí hasta que el
tiempo se los lleva consigo.
Me atrevo a decir que ahora sí que entenderéis aquella
expresión que dice : "En la vida hay
momentos pasajeros". Sí, son esos momentos protagonizados por personas
que vienen para no quedarse. Duran lo que dura una canción, y después se
marchan. Cabe decir que, en ocasiones, los pasajeros de esos aviones dejan mas
huella de lo que uno se piensa. Pero de nuevo vuelan a otros lugares como
aviones buscando su sitio en algún lugar del mundo.
Confesándome diré, que estoy encantada de haber recibido
aviones llenos de pasajeros dispuestos a veranear en mi vida. Pero más
encantada estoy de haber recibido aviones que no se fueron nunca y que siguen
compartiendo sus vidas conmigo. Quizás mi aeropuerto no sea muy grande, ni el
mejor, pero siempre habrá sitio para aquellas personas que quisieron quedarse.
Os doy las gracias a las seis por permanecer en mi vida.
Algunas llegasteis antes, otras después, pero todas por igual tenéis un sitio
en mi vida. Da igual el tiempo que pase sin veros, y si nos separan mucho o
pocos kilómetros, lo importante es que no quiero que despeguéis jamás de mi
aeropuerto. Pronto haremos un año más juntas. Recordad todos los momentos que
hemos vivido. Los recuerdos será lo mejor que nos acompañe siempre y lo que más
no unirá. No sabéis lo afortunada que me siento de haber viajado a estos seis
mundos tan diferentes. Y, me gustaría que supierais que por muchos aviones que
aterricen en mi vida ninguno ocupará
el sitio que ocupáis vosotras.
Feliz navidad AMIGAS.